jueves, 26 de noviembre de 2015

ARTÍCULO PERIODÍSTICO.

Este Artículo es muy interesante, y el autor habla sobre el tema de la independencia bastante bien, recomiendo que lo leáis, explica las consecuencias que tendría todo y da su opinión personal que es muy constructiva, el autor es Andreu Missé y el artículo fue publicado el 24 de septiembre de 2015.


Las graves consecuencias económicas, políticas y sociales de la independencia de Catalunya

Para ser honesto debo decir de antemano que no participo para nada de la iniciativa de la independencia de Catalunya. Mi oposición a esta idea no es el resultado de una evaluación de las ventajas e inconvenientes que tendría Catalunya como un estado independiente, cosa por otra parte perfectamente factible desde un punto de vista teórico. Quiero decir que si un análisis imparcial llegase a la conclusión de que la independencia de Catalunya es una opción favorable desde un punto de vista económico seguiría pensando lo mismo. Creo que la cuestión que se dirime es una decisión de mucha más profundidad y calado que el resultado de un simple balance contable en un momento determinado de la historia.
Por otra parte, los efectos de la independencia se han magnificado de manera extraordinaria. La situación actual no tiene nada que ver con la de hace 40 o 50 años. La entrada de España en la Unión Europea ha cambiado radicalmente las cosas. Cuando la soberanía sobre la moneda, el presupuesto y la mayor parte de la legislación se han cedido a Europa, el impacto de la independencia tiene unos efectos bastante limitados. Una limitación que además cada vez será mayor a medida que avance la integración europea y la unión económica y política de la Unión que es lo que realmente desean muchas personas.
Mi punto de vista es bien fácil de explicar. Pertenezco a una generación para la que lo más importante ha sido acabar con una dictadura y establecer un sistema basado en la libertad y la democracia, con todas las deficiencias que se quiera. Este camino largo y difícil lo hemos recorrido compartiendo tremendos sacrificios ciudadanos de toda España. Hemos hecho muchas cosas juntos no hace cientos de años sino ahora. Por otra parte mis pensamientos están llenos de referencias culturales, históricas y literarias, en los que es imposible anteponer Catalunya con España. Mis experiencias vitales en muchas ciudades españolas y catalanas me han permitido establecer fuertes vínculos de amistad con numerosas personas que han contribuido a perfilar mi manera de ver las cosas. Creo sinceramente que en las relaciones entre los ciudadanos de los distintos territorios de España "reina una impecable armonía" como decía recientemente Francisco Rico en un magistral artículo sobre el Quijote y Tirant. Las relaciones entre ciudadanos van más allá de las estructuras políticas. Me siento incapaz de sentirme diferente a las personas con las que tanto he compartido y de autoreducirme a una única identidad. Creo que las sociedades modernas están integradas cada vez más por personas con identidades múltiples de imposible escisión. Si he mencionado estas referencias personales es porque creo que el análisis económico por importante que sea no es el determinante en este caso. Y también porque pienso que en un asunto de la naturaleza de la que estamos tratando es importante poner sobre la mesa el punto de partida para no confundir a los lectores.
Vayamos ahora al asunto de que me han pedido los amigos de eldiario.es referente a las consecuencias económicas de la independencia de Catalunya.
Lo primero que hay que decir es que Cataluña por su peso económico y población podría ser perfectamente un Estado independiente. Otra cosa es si es lo que más le conviene, por los costes de la transición, las complicaciones añadidas para las empresas y los desgarros emocionales que se producirían en relaciones personales. Los independentistas proclaman con euforia que Catalunya sería el país número 12 más importante de Europa. Sí es cierto, y California la séptima potencia del mundo, pero a éste Estado ni se le pasa por la cabeza separarse de Estados Unidos.
En segundo lugar hay que tener en cuenta que algunas de las consecuencias de la independencia de Catalunya ya están ahí. Ya se pueden ver. No hace falta esperar a ninguna declaración formal aunque todo puede empeorar. En pocos meses ha cambiado completamente el panorama de las economías española y catalana, si es que se pueden tratar de forma diferenciada, por las incertidumbres que se han abierto. La percepción internacional sobre ambas economías revela una creciente inquietud recogida por los medios internacionales más influyentes acostumbrados a tratar este tipo de conflictos. Esta preocupación no es un reflejo de la mayor o menor importancia que tiene el proceso de independencia de Catalunya, como interpretan erróneamente los independentistas, sino del alto grado de interconexión que existe hoy día entre las economías de todo el mundo por pequeñas que sean.

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